Puedo hablar del vertiginoso, del hacedor de pasados y soñador de ayeres, del amo de todas las cosas, las ciertas y las inverosímiles. Puedo hablar de mi padre y de mi madre, tierra, agua, fuego y aire a la vez. Puedo levantar los huesos de mi muerta y desde el polvo insuflar mis otras vidas. Puedo volver a caminar de su mano y abrazar la sutil sombra de sus pasos. Puedo y no puedo, sueño y no sueño, vivo.