jueves, febrero 02, 2006

D167: Diario de un cerdo (capítulo II)

“Maria Luz, Luisa o como se llame ese ángel endemoniado debe salir de mi casa o morir. Con la excusa se sentirse enferma y de ensoñar horrores a causa de sus calenturas ha pedido a mi madre y a mi padre que la dejen dormir en su habitación; la malsana y el maldito de mi padre se han confabulado para cada noche drogar a mamá, ella cae en sopor sin darse cuenta siquiera; por las mañanas mi madre despierta hinchada como un sapo, lo ojos desorbitados y los labios amoratados, apenas logra caminar, en sus ratos de lucidez parece darse cuenta del infortunio, blasfemando sin cesar y arrojando espuma por la boca. No puedo dejar de decir que este ambiente de espantosa lujuria ha alterado mis sentidos; no puedo conciliar el sueño, los bramidos de papá y los falsos o verdaderos quejidos de esta ninfa del demonio hacen estremecer mis huesos, tensionan mis músculos y erizan la piel de mi vientre y mis pezones. Mi mente no puede evitar que mis manos me recorran y me acaricien, el pecado de ellos es un placentero y misterioso sopor que también me consume” Al terminar de leer esta página podía imaginar la desnudez de esa bruja de años convertida en pudorosa y deseable niña antigua, no pude evitar sentir miedo y vergüenza más aún cuando sabía que esa imaginaria virgen era mi propia abuela. Di vuelta la hoja y seguí la lectura del secreto diario “Este día ha resultado ser un gran día después de todo; al parecer a papá se le ha acabado el dinero y la putilla lo ha abandonado; mamá amaneció riendo y ha sacado a pasear a Lucas y Adelaida. Le pregunte a mi padre por la prima y el me ha dicho que se ha ido por unas semanas a El Alto, que debía ver a un medico porque las calenturas no cesaban y el ya no la podía seguir cuidando; maldito zángano de mierda, eso es lo que pienso de el. Supieras querido Cerdo como se gana la vida. Te contaré . Este sabandija tiene el oficio de contador y se afama de ser un profundo conocedor de los secretos del éxito comercial, dibuja e imagina grandes, maravillosos y rentables proyectos, negocios con alto retorno y muy bajo riesgo, el sueño de todo viejo o vieja rica que pulula este pueblo y otros vecinos, los imaginarios negocios son conocidos y administrados por él, a todos les da exquisitas ganancias durante meses y años, la gente le aporta más capital, y siempre va sumando socios, son tantos que nadie va notando como su vida se les va yendo con la misma velocidad en que se van enriqueciendo, cuando mueren, el capital ya ha pasado a papá, los herederos se contentan con los que el ricachón difunto les ha dejado, ni siquiera imaginan lo que dejan de tener, no les importa, son rapiñas que no ven los despojos menores que el buitre de mi padre no desprecia y así lo ha hecho durante años, pero ya no puede, ha perdido vigor, ya no tiene encanto, su estrella se difumina, su conciencia palidece ante su lujuria, se come lo que ha robado y ya no puede seguir haciéndolo, lo poco que le queda y lo menos que puede sumar se lo lleva su puta..Por suerte robó suficiente y no pasamos penurias. Un día de estos tú y yo le daremos una lección, le preguntaremos al Viejo Esperpento de seguro que el algo debe saber”. Parece que de verdad mi abuela era una bruja. Deje el diario y tome Pluma Roja, el retrato de la mujer que se lanzó al tren tenía un extraño parecido con mi prima Leonora. Toda la familia se me vino a la mente y los vi bailar en una gran ronda alrededor de la fuente de la plaza, mi prima era la más bella, de cabellos color fuego, como el de las nubes que cubren el sol que se pierde en el mar en nuestras tardes de otoño, ese mar lejano que sabemos que esta tras las colinas pero que nunca vemos; no se bien que hago aquí en este pueblo, nada me gusta, me asusta su soledad y me espantan esos jóvenes citadinos que vienen en busca del ayer; si supieran que ese ayer nunca se ha ido, si supieran que ese ayer será su presente y futuro por siempre, de seguro huirían espantados, quizás hasta renegarían de haber nacido, como lo he hecho muchas veces...si fuese capaz de ir más allá de la estación y subir hacía las viejas minas quizás me liberaría..espero algún día tener el suficiente valor para intentarlo.

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