Cuando supo que moriría la mañana del 25 de mayo del año 2019, decidió instaurar una férrea dictadura; ordenó comprar todos los relojes que existían en el mundo, proscribió las fiestas de año nuevo e hizo desaparecer en mares abismales a magos, agoreros y visionarios; en poco tiempo, logró quemar todo vestigio de la historia y toda forma de medición y registro de los recuerdos; sin embargo, a pesar de su tesón y coraje, no pudo detener la marcha del porfiado tren que pasaba sobre él una y otra vez, una y otra vez, todas las mañanas de los veinticinco de mayo de los años dos mil diecinueve.
imagen de Anders Brownworth, tomada de http://www.anders.com
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