
Ayer yo vi tus ojos, parecían dos cebollas gigantes: capa a capa cristalina brillaban y lagrimeaban al parpadear del tiempo. Parecía mañana cuanto te balanceaste en mis brazos. Recuerdas la tela de guaipe, el doble techo espacio virtual aprendido entre toma y toma y copa y copa; no fui arquitecto y tampoco arquetipo, pero aprendí de la rosa y de las cosas gracias a ti, parece que siempre me tumbá la misma ley de silencio: más vale la mudez que la palabra que no quieres. Es hermético el recuerdo como sigiloso es el silencio. Hoy veo tus ojos; no puedo dejar de alumbrarme, el fuego no lo elige la madera pero sin ceniza no hubo brasa. Saludos compañera de siglos; carne de mi carne, ojos de mis ojos.
imagen tomada de aqui------->xxxxxxx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario