Al final del día, cualquier hora, pues los husos confunden
la razón, tomaré una canasta de caramelos, chocolates y masas dulces para los niños y niñas de mi alma; abriré camino entre ruinas, cadáveres y
polvo, para tocar invisibles puertas de fantasmales familias; arriba los
aviones siguen escupiendo metralla, abajo las puertas del paraíso comienzan a
cerrarse. En la última luz de la utopía, una lágrima se mezcla con el suelo
ensangrentado del país de la desesperanza. Mañana vuelvo a casa, el infierno es
mi guarida.
Origen
de la imagen: http://img.dunyanews.tv/news/2013/August/08-08-13/news_big_images/186984_14292653.jpg
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