Nadie marcó el número de este teléfono
entre las 12.34 del sábado 22 de julio y hoy domingo 30 de julio, siendo las
12.45. Ahora suena. Yo sé que así sucedió porque no he dormido ya más de una semana
esperando que volviera a sonar y si he dormido no lo recuerdo. De este sillón no
me he movido sino hasta el inodoro las veces que el cuerpo lo ha pedido y a la
cocina a las horas en que el hambre me ha alertado. Se que debo levantar el auricular,
pero no sé qué decir, tampoco recuerdo quién llamaría, ni siquiera sé quién soy.
Descolgaré el teléfono e iré a dormir, es inútil seguir esperando.
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