
martes, diciembre 28, 2010
(KECH A1-D79) Kordus

sábado, diciembre 18, 2010
(KECH A1-D69) Las cartas

El espíritu y el corazón del autor, en este caso la autora, o su cuerpo y su mente, siguen brillando cada vez que cada una de sus obras es recogida o vista por alguien, para mi hombre simple y fisgón, hijo ilustre del siglo pasado, afortunado de haber sido el padre de tan bella creadora no me queda más que expresar alegría y agradecimiento por haberla acompañado en su fugaz paso por este planeta y ciertamente orientar, humildemente, a otrxs observadorxs respecto de la historia de la ilustraciones. Ciertamente cada cual tiene la libertad de interpretar el mensaje visual desde su propia perspectiva y otorgarse el derecho a la deconstrucción y a la recreación de la historia, para ello dispone de un espacio en blanco que estará siempre dispuesto para que se atreva a la fantástica aventura de viajar por los mares de la imaginación.
Las Cartas.
Las cartas seres sintientes que acompañan a la humanidad desde siempre, un buen día decidieron dejar de trabajar y se amotinaron en un rincón de la oficina de correos. El motivo era la creciente perdida de sentido de su ser, principalmente porque cada día más eran usadas solo con fines comerciales y judiciales, los mensajes de amor, de amistad o por lo menos de despecho u odio eran cada vez menores, lo peor de todo era que ya no las hacían con lápices, menos con las elegantes plumas de antaño, si no con tinta o polvo láser que se impregnaba en papel por medios electrónicos o por prensas. Un horror insoportable; ellas se negaban a ser usadas como medios de cobranza, de amenazas judiciales, de rendición de cuentas o de soporte de saludos estandarizados donde hasta las firmas no eran más que la reproducción en miles y a veces millones de una que en algún momento surgió desde la mano de alguién. Exigían a los humanos que volvieran al sentido prístino de la comunicación, que volvieran a sentir que cada mensaje era para un receptor único e irrepetible y que cada emisor no podía abandonar de su corazón la imagen y el sentimiento de quien lo leería. Pasaron muchos días, semanas, meses y años; los mensajes siguieron circulando, a falta de cartas los humanos comenzaron a usar con más intensidad los artilugios electrónicos, teléfonos, computadoras y lecto-escritores digitales eran los preferidos, ya nadie se acordaba que en un rincón de alguna oficina de correo de algún lugar del mundo un grupo de heroicas cartas se amarilleaban y resquebrajaban al paso del tiempo con el único fin de recuperar el sentido de las palabras y los sentimientos.
jueves, diciembre 16, 2010
(KECH A1-N67) Nos llevamos por hilos de plata en caminos invisibles
lunes, diciembre 06, 2010
(KECH A1-N57) carta número 6
viernes, diciembre 03, 2010
(KECH A1-N54): Carla de todas partes
domingo, noviembre 21, 2010
(KECH A1-N42): La carta número cinco..(mi primer ensayo)
Estar fuera del nido se hace difícil, volver a casa me hace sentir bien; tu ausencia alimenta mi ociosidad y la misma la búsqueda..te quiero muxo, te dejo mi primer ensayo, es para ti..un beso eterno…
jueves, noviembre 18, 2010
(KECH A1-D39): Mi locura

martes, noviembre 16, 2010
(KECH A1-D37) Carta N°4: Regalito Nº1(Ma fille x Les Ogres de Barback)
lunes, noviembre 15, 2010
(KECH A1-N36) El Mundo

martes, noviembre 09, 2010
(KECH A1-N30) Diario de un cerdo (Capitulo XXI: Salmos de un desalmado)

martes, noviembre 02, 2010
(KECH A1-D22) Bienvenida irrealidad

Me impulso al vértigo de las locas ganas de explotar en infinitas gotas de nada; cada una un universo y en cada uno, una infinitud de vidas dispersas y al final, tus ojos, tus profundos ojos de gata amarilla escudriñando, huraña y feliz, el mundo de nunca jamás, el mismo que aprisiono ahora en estas tibias manos que nos contienen.
miércoles, octubre 27, 2010
(KECH A1-N16) Amanecer en Leandra

En el frontis de la casa hay tres árboles huachos que miran a los transeúntes con cara de yo no se, con ojos de yo no fui; yo los miro de reojo, los cuento y vuelvo a contar, uno a uno somos los tres y uno a uno tú que ya no estas. Ciertamente declaro que eres el árbol ausente el mismo que también es la totalidad. Así sucede hoy en nuestra casa como así sucede en la ciudad que dibujaste de la mano de Calvino, Leandra, donde las personas y los lugares son una misma cosa y todo ello un vacío y una totalidad.
martes, octubre 26, 2010
(KECH A1-D16) Carta N°3: Divagaciones karmatikas

lunes, octubre 25, 2010
(KECH A1-N14) plegaria de la letanía y la añoranza

miércoles, octubre 20, 2010
(KECH A1-D10) Carta Nº2: Una burbuja celeste

lunes, octubre 18, 2010
(KECH A1-D8) Carta Nº1: El viaje de los trastornados.

miércoles, octubre 13, 2010
A8-Noxe210 (A1-N3 del kalendario eterno de Charly (Kech))
domingo, septiembre 26, 2010
A8-NoiTe194: Diario de un Cerdo (Capitulo XX: Metavida on line)

viernes, septiembre 24, 2010
A8_N192: Perro negro

jueves, julio 15, 2010
A8_N123: La huída (paisaje nevado dibuja la escena del combate)

martes, junio 15, 2010
a8-n93: vampirisismo valparisiano
viernes, mayo 21, 2010
A8-N68: Palestina debe ser libre
jueves, mayo 06, 2010
A8-N53: La seda y el alma.
miércoles, abril 21, 2010
A8-N38: Meditación mariposiana
viernes, abril 16, 2010
A8-J33: Diario de un Cerdo ( Capítulo XIX: La verdad es inconclusa)

El diario de vida de mi abuela es más que eso, es un conjunto de cuentos dentro de un cuento. La vida de ella y sus personajes inmediatos, muchas veces parecen desaparecer, para dar paso a creaciones amalgamadas de ellos mismos, estando casi siempre a contratiempo y en contralugar. Desde mis enseñanzas payasisticas, esto significa, aparecer recurrentemente en lugares que no se corresponden y viviendo acontecimientos que ya fueron o que aún no suceden en el contexto de un punto cualquiera que podemos llamar realidad. Este nuevo capítulo es eso, un supuesto regalo de mi bisabuelo dado a ella como presente de onomástico; una rareza o una complexión temporal que empuja a la confusión.
“Este es el día de mi cumpleaños, no diré cuantos, a pesar de mis arrebatos, mi extraño comportamiento y el descuido en el vestir, sigo siendo una dama, para la cual los años son un dorado secreto. Desde temprano me sentía halagada. El primero en llegar fue mi querido Cerdo con una sonrisa de oreja a oreja, una ramillete de petunias y una lata de chocolates blancos que ya he devorado; me beso, lo bese, me acaricio, lo acaricie, pero hasta ahí no más llegamos, hay días en que estos juegos no deben ir más allá a pesar de las ganas y la insistencia de mi amado. A la hora de almuerzo, vino papá, la verdad es que no lo esperaba, de hecho nunca lo espero; estaba sola en la mesa de la cocina mirando las fotos de mi madre y mis pequeñas bestezuelas; la melancolía es inevitable y una lágrima silenciosa corono un místico abrazo con quienes tanto añoro. El timbre de la puerta sonó insistente; mire desde a la calle a la buhardilla, allí estaba un carro negro de dos asientos sin cubierta, en uno de ellos una gorda tetona, achinada y colorinche, como le gustan a papá, era ineludiblemente él; baja entre alegre y amurrada, le abrí, me abrazó, dijo algo que no entendí, me paso dinero y un paquete pequeño. Se despidió. Le dí un beso y un portazo y se fue. Volvía a mi melancolía. Abrí el paquete, más chocolates, los mismos que me trajo Cerdo; creo que soy muy predecible, eso me espanta. Al final de los chocolates una hoja en papel de arroz, perfumada y doblada en cuatro, con un escrito firmado por él; aparte de fantasista, mujeriego, asesino y fanfarrón, mi padre era ahora un escritor; lo deje de lado y me fui a dormir otra de mis infinitas siestas. Por la tarde vino Viejo Esperpento, me lleno de halagos, me preparó chocolate con leche y canela; comimos pasteles de maíz y me leyó el escrito de mi padre. No entendí nada. No me gusto. Pero mientras lo oía, volaba: navegue por el ancho mar, sentí el vértigo del hondo cielo y descubrí que en todos los lugares puedo estar. Aquí lo dejo par el que lo quiera. Para el que venga.
La ruta imaginaria de Valparaíso a Buenos Aires.
Antiguas historias transmitidas de generación en generación en el transcurso de los casi doscientos años de vida independiente de Chile y Argentina, mencionan la existencia de un sendero oculto que se abre a los ojos de quienes pueden iluminarlo.
Se dice que el entrañable amor que San Martín profesaba por Ohiggins fue lo que permitió la apertura de la senda y el raudo avance de las tropas, para luego culminar en el celebre y cariñoso abrazo en los llanos de Maipu. Otras historias mencionan la búsqueda frenética de una princesa india por parte de un joven soldado español enamorado de su piel bronceada y sus profundos ojos negros; después de muchos días recorrer faldeos y picos cordilleranos, las lagrimas del desesperanzado enamorado abrieron una senda dorada entre los montes, la que volvió a cerrarse una vez que un profundo y sereno beso sello el culmine de la ardua búsqueda. De principios del siglo XIX data la historia de un padre desconsolado en busca de un tesoro para sacar a sus hijos de su ineludible tristeza, el cansancio y el loco desvarío de la riqueza inalcanzable llevaron al hombre a un profundo estado de desesperación, angustiado por la frustración del sueño inconcluso se lanzo desde lo alto de las rocas al lecho de un torrentoso río, cerca de la superficie y a segundos de estrellar su cuerpo contra el fondo rocoso, el padre suicida sintió en su pecho la profundidad de una cuchillada, un gran cóndor clavo su filoso pico en el cuerpo del desesperanzado llevando como trofeo una sangrante corazón que fue dejando la huella del tan ansiado sendero; se dice que cada once años, a mediados del otoño, el alarido desesperado de un hombre abre la huella por espacio de horas; más de alguno cuenta que un amigo o un pariente fue tras ella, sin embargo nadie puede corroborar o dar alguna prueba de que la senda exista.
Hoy en los comienzos del siglo XXI y haciendo uso de la tecnología disponible se hace posible partir tras ella, aún así no existe nadie de carne y hueso que pueda dibujar su trazado o señalar a ciencia cierta su existencia; sólo la leyenda mantiene viva la esperanza de los que quieren ver la unión de los dos puertos por una vía rápida y terrestre.
Los cálculos realizados por Ragde Nirom, connotado científico mendocino, establecen que la mentada ruta comenzaría y terminaría en dos puntos localizados, uno en cada lugar, en los puertos de Valparaíso y Buenos Aires; el mendocino señala que por no conocer el Atlántico no ha podido establecer el punto que corresponde al lado argentino; sin embargo, y derivado de su profundo conocimiento de la orilla al Pacífico, resultado de muchos viajes de infancia a la tradicional Viña del Mar, ha logrado dar con magnifica exactitud con el punto del lado chileno; el hombre, producto de su celo profesional, no ha publicado la localización exacta del lugar pero a dado señas que permiten aventurar a que lugar refiere, sin embargo, bien sabe que la tarea esta inconclusa mientras no consiga dar con el punto localizado en Buenos Aires.
Noticias recientes evidencian el surgimiento de una organización secreta que estaría investigando en paralelo, y con muchos más recursos, la localización del punto en la Capital Federal, pues ya habrían conseguido la ubicación exacta del punto en Valparaíso.
Al ser consultado, Nirom desconoce la existencia de tal grupo y anula la hipótesis de la revelación de su descubrimiento, aun cuando es de público conocimiento la repentina y extraña desaparición de su colaboradora más cercana, una joven estudiante de filología llamada Anitsenre Zerep; que la joven estudiante haya robado y vendido el secreto del trabajo de Nirom, para luego ser hecha desaparecer por los compradores estructura una de las líneas de investigación seguida por la policía, aún cuando no se descarta que los celos profesionales del científico hayan sido el principal motivador de la desaparición de la joven.
Si bien Ragde Nirom niega haber perdido el secreto del Punto Pacífico, no es menos cierto que el circulo que se ha estrechado a un par de cuadras de la Plaza de La Victoria, estableciendo por centro de un decágono perfecto al viejo león de bronce ubicado en su costado oriente; entre los cuatro lugares posibles aparece el Club Naval, un club nocturno de viejas desnudistas, una gran tienda comercial de propiedad de comerciantes judíos y el atrio central de la catedral de Valparaíso. Mientras, en Buenos Aires, noticias frescas aparecidas esporádicamente en Clarin en las últimas siete semanas, más unos enigmáticos graffiti en la calle Escalada, en particular los que están en las esquinas de Artigas y Cajaravilla, "No hay nada nuevo sobre la tierra" y "¿Qué importa la palabra que me nombra si es indiviso y uno el anatema?", indican que existiría un grupo de personas investigando la localización del otro extremo de la línea, y que estarían muy cerca de lograrlo.
Al cierre de esta nota, he logrado inquietarme y tomar un poco de temor y distancia por el asunto; misteriosas llamadas telefónicas con interlocuciones en un idioma antiguo que no logro comprender, me invitan a abandonar esta investigación; y no estoy cierto si lo escrito es el cierre o el comienzo; solo se que no pude evitar asociar los textos de los graffiti con extractos de algunos escritos del escritor argentino, ya fallecido, Jorge Luis Borges. El intento de ir más allá me condujo al oblivion.
La línea que une los dos puertos es completa. Los puntos no existirían, serían más bien un encuentro en dos puntos, que puede darse en cualquier lugar y en cualquier tiempo, es decir infinitos puntos. La línea invisible que une los dos puertos esta en el mismo lugar en que me encuentro. El abismo se hace inconmensurable, el fondo del río parece bajo el cristal de las aguas torrentosas, mientras un cóndor hambriento se dirige a mi corazón, que late presuroso al galopar de la tropa y al ansia del beso de mi extraviada enamorada.”
martes, marzo 23, 2010
A8-J9: Diario de un cerdo (Capitulo XVIII: El cuento del lobo)

Si todos han visto, leído o escuchado las noticias, sabrán que un violento cataclismo ha arreciado la costa y valles del centro sur del sur del sur. Como he dicho antes, mi recordada abuela parece haber vivido en el futuro de mi vida; otra hoja rescatada de su diario da cuenta como ella misma sintió, ya casi cien años atrás, lo mismo que siento yo hoy. Parece magia o esquizofrenia pura pero es así; los acontecimientos reaparecen como una eterna representación de nuestra frágil, infinita y deleble humanidad.
“Esta noche va más triste que la de ayer, ya han pasado tres semanas del gran terremoto del sur; la gente sigue asustada; los gatos siguen durmiendo con un ojo abierto y otro cerrado; yo trato de conciliar el sueño apelando al olvido y el no sentir, sin embargo, no puedo; miro y vuelvo a mirar hacía el poniente tratando de adivinar que es lo que esta haciendo o que es lo que hará el mar; pongo mi cara al viento; las orejas a la tierra por si escucho la quebrazón y nada, nada; eso es lo peor, nada ocurre y todos queremos que ocurra de una sola vez para que así podamos seguir durmiendo en paz, para que así se nos espanten los miedos, para que se silencie el eco del hondo rugir de la tierra y para que el bramar de las olas no vuelva sobre las chozas de los pescadores. Quiero que retorne la paz para mi y mis hermanos y hermanas adoloridas. Le hablo a Cerdo de estas cosas y es como hablarle a una piedra; me dice que supo de un barco velero que salió a buscar tesoros que en estos casos el mar libera desde el fondo. Que me importan tus tesoros, le dije al almuerzo; que me importan tus fantasías. De nuevo le pregunte al Viejo Esperpento que sabía de lo ocurrido; le pregunto día a día; me dice que nada; hay mucha información; ya no sabe por donde buscar; ya no sabe que pensar; sabe de un temblor en Alaska, de otro volcán en Chipre; de otra replica en Cobquecura; de muertos en Cauquenes; que están reconstruyendo escuelas; que los rusos trajeron un hospital que la gente no quiere. Son muchas cosas. El Cerdo busca consolarme, quebrar mi desencanto y apuntalar mi desequilibrio; me dice sus locuras; me canta; me regala otro cuento y se despide de mí con un beso, no sin antes dejarme un acertijo: - El éxito mi amiga se mide en rupias y no en doblones. Dejo que se vaya sin decir nada. No se que responderle. Leo su cuento en cuatro tiempos; espero tras esto olvidar para de nuevo comenzar a soñar en mañana.Espero.
Capitulo I: - Quiero abrir tus carnes como si fueran mantequilla, mas no para amarte si no para comerte. Dicho esto, hundió sus afiladas garras en el tierno vientre de Caperucita, desviscerándola en el acto. La consternada Abuela no pudo más que gritar, mejor dicho aullar. Lobo la miró con celo, diciéndole: - Si hubieses sido tan tierna como ella, te habría tocado ser la reina de este festín; luego de eso hecho en un saco el cuerpo inerte de la pequeña, dio la vuelta y se marchó.
Capitulo II. Los gritos de Abuela no cesaron, estaba completamente choqueada. Al despuntar el alba, más menos como las seis de la mañana, paso cerca de la cabaña un grupo de obreros rumbo a la fábrica donde trabajaba Manuel. Uno de ellos, el más chiquito que llevaba un ramo de flores, alertó al grupo del escandaloso aullido; se acercaron raudamente a la puerta y golpearon para saber que sucedía, al ver que nadie contestaba, comenzaron a soplar y soplar hasta que la puerta cedió; Abuela al verlos entrar se abalanzó sobre ellos pidiendo auxilio y socorro; la voz no le salía, todo era aullido y desesperación. Otro de ellos, Jonás, abofeteó violentamente a la ida mujer en la idea de aquietarla y ciertamente silenciarla; en un primer momento ella respondió con silencio pero luego se abalanzó sobre el enclenque muchacho mordiéndole la oreja hasta arrancársela – Maldita bruja, injurió Jonás, mientras intentaba deshacerse de la loca que buscaba ya la otra de las orejas. Sin titubear un segundo, Hércules, el mayor de los tres, saco su escopeta recortada y apuntó a la cabeza de la loca; ella ni cuenta se dio, sus sesos quedaron impregnados en las paredes de la cabaña y también en la ropa de los impresionados obreros. No pudieron hacer más de lo que hicieron. No entendieron nada. Tomaron la oreja de Jonás y se la cosieron con aguja e hilo tomado del costurero de Abuela. Salieron de la cabaña cuando la luz del día ya era plena. Afuera los esperaba la policía.
Capitulo III. Lobo se enteró por la portada del Defensor del cruel asesinato de una mujer y la desaparición de una niña en una cabaña del bosque. Al ver la foto de la oreja sangrante de Jonás y el estúpido e inocente rostro de Hércules no pudo más que sentir remordimiento. Aún sentía en su boca el sabor de Caperucita y eso era más fuerte que su fidelidad. Le extraño no ver en la foto el rostro de Manuel, sabía que ellos siempre andaban juntos y que esa madrugada como tantas otras marchaban los tres; aunque, era muy probable que como muchas otras noches, hubieran pasado la vigilia tomando cerveza en el Zunrize y el amigo faltante estuviese dormido debajo de alguna mesa o en el banco de la plaza, si así fue, suerte tuvo porque si no estaría pateando la perra por la misma mala suerte de sus compinches.
Capitulo IV. Después de un rápido juicio y una eficiente sesión de tortura, Hércules admitió haber asesinado sin ninguna causa a Abuela y Jonás haber hecho desaparecer el cuerpo de Caperucita. Ambos fueron colgados en el cadalso de la cárcel del pueblo. Manuel también fue interrogado por su eventual participación en los hechos; señaló que aquel día había estado bebiendo con sus amigos pero que se emborrachó muy temprano y que temprano se fue a su casa; dijo que al día siguiente no fue a trabajar porque se encontraba enfermo por una fuerte indigestión; mostró los papeles que aseguraban que había visitado a un médico y lo dejaron ir. El día del ajusticiamiento, llovía torrencialmente; nadie fue a mirar el funesto espectáculo; Manuel se encaramó hasta lo alto del cerro La Virgen y sobre la punta de la Piedra del Indio aulló de dolor por la partida de sus inocentes amigos. Nadie lo escuchó; nadie lo vio, salvo el Viejo Esperpento; él si lo vio subir al cerro y sintió entre los torrentes de lluvia el sufrido y espeluznante gemir, sabía que aquella madrugada los tres amigos habían partido juntos al trabajo, pero nadie le preguntó y él nunca ponía velas en entierros ajenos menos si se trataba de lobos y otras fantasiosas historias que la gente inventaba.
Origen de la imagen http://apologista.files.wordpress.com/2009/10/oveja-o-lobo.jpg?w=400&h=311
jueves, marzo 18, 2010
a8_j4: el mago

Este hombre conspira contra el universo, el sabe bien que lo que aparenta no es más que una fabula, una burda jugarreta de los sentidos. El tiempo si fuera posible atraparlo en un concepto, sería como un conejo que huye en cualquier dirección y que en cada infinitesimal camino que escoge se encuentra con un lobo que no es otra cosa que la ilusión que le facilita y condena al eterno movimiento. Si el conejo es el tiempo el lobo es la nada. ¿Dónde debemos entonces situarnos? ¿En la mirada absoluta del lobo o en la huída relativa del conejo? Lo que más conviene es estar simultáneamente en ambos estados, para ello hay que conjeturar y por sobre todo trabajar y trabajar. Es posible que después de un gran esfuerzo logremos situarnos en las orejas del conejo y animarlo a traspasar las fauces del lobo; al otro lado nos espera todo, un vacío inmenso que corroe el alma y te empuja al fondo de la locura, para que aquello no ocurra debemos ir dispuestos a dicho encuentro. La disposición a los encuentros se logra en la combinación de factores, cualquiera de ellos puede servir, una moneda al interior de una botella o un papel mojado en agua de azafrán, todas las combinaciones posibles pueden ser reconocidas en el taller del maestro, por eso todos lo visitan y lo observan. Muchos esperan alguna receta mágica, pero no hay. La magia es el encanto del no estar, del no saber, del no desear o dicho de otra forma, la magia es el arte del desprendimiento. Así como podemos subirnos a las orejas del conejo, también podemos ser las fauces del lobo y atrevernos a devorar a los infinitos saltarines que pululan nuestra existencia; para eso también debemos prepararnos: en el camino del lobo no hay lugar para cobardías. La magia es el camino y el universo el destino y el origen del ser.
lunes, marzo 15, 2010
a8-j1: Ruego por el fin de la era de los grises

domingo, marzo 07, 2010
a8_jotamierda: el día de la asquerosa fuerza
miércoles, enero 27, 2010
A7-J348: Más alegres que nunca, abrimos la esperanza de los nuevos días
sábado, enero 16, 2010
a7-n337: seriedad infinita. mercado, estado i revolucion
sábado, enero 09, 2010
A7-n330: Al calor de Ona, entre la locura y el sueño
