Juntos X siempre¡¡
martes, diciembre 31, 2013
(kech-j1179) el nueve
Un año prolifero no pare más de nueve veces; así lo entiendó mi ángel y me acompañó hasta la puerta.
Juntos X siempre¡¡
Juntos X siempre¡¡
lunes, diciembre 16, 2013
(KECH-J1163) El último solsticio

domingo, octubre 20, 2013
(KECH-J1107) Diario de un Cerdo (Capitulo XXVII: Vértigo)

lunes, octubre 07, 2013
podrás creer que el tiempo no existe si mis ojos no brillan
en los tuyos
podrás realmente creer
podrás ver
dos caballos y un árbol colgando del cielo?
quien sabe como romper el reloj y
escapar de las arenas del tiempo
sin culpa, sin gloria
puede el héroe
hacerlo?
pueden tus brazos alcanzarme
puede mi locura limpiar la huella de
mis pasos?
veo dos caballos y un árbol colgando en el cielo
cuelgan de mis
brazos los tuyos en el balanceo de la trama
en el cielo de tus ojos, me pierdo
me envuelvo
muero
sábado, julio 06, 2013
jueves, mayo 16, 2013
(KECH-J949) Los singulares sueños de una marioneta empedernida (s1)
(s1) Lobo: La puerta de la cocina estaba abierta, desde fuera sentía un profundo, un exquisito, un sabroso, olor a carne fresca. Me acerqué despacio, metí la cabeza buscando a algún humano, nadie; la cocina estaba vacía y sobre una mesa, un inmenso trozo de carne, fresca y sanguinolenta; entré, los goznes de la puerta no sonaron; me arrastré, si alguien me sorprendía le haría creer que dormía; seguí avanzando, lentamente, lentamente, los pocos metros que me separaban de mi trofeo parecían ser toda una vida; recordé mi nacimiento, los duros momentos de la calle, aquellos en que tenía sólo unos días y hambre, hambre, tanta que no podía moverme y esperaba echado que algo sucediera, cualquier cosa, algo que me sacara del limbo de la agonía, algo que me ayudara a un buen morir y que me permitiera no seguir sintiendo la perforación del alma que el hambre produce; recordé el rescate, mi primera comida, la segunda después del exquisito y paradisíaco momento en que me sacié hasta el sueño en las tetas de mi madre; luego vino la casa, esta casa, pero antes, la sonrisa, la caricia de Jacinta, mi ama, bella señora que me dio calor, amor, cobijo. En un momento me sentí un traidor; no era hambre lo que me motivaba, no era la búsqueda de reconocimiento, ni tampoco odio, era carne y sangre, aquello a lo que un lobo jamás renunciaría. De un brinco me agazapé, mis mandíbulas de acero corrían por la llanura, de pronto, desde el cielo y como un rayo, cae el palo de la escoba sobre mi lomo, luego la voz de Jacinta, como un trueno, gritando, suelta la carne mal agradecido, suéltala, suéltala; me retorcí como un caimán, me di vuelta, vi su airado y desfigurado rostro, quise saltar sobre ella en defensa de mi presa, pero de la nada otro escobazo y otro y otro, aúlle de dolor, mi alma de lobo estaba herida, me abalancé sobre ella, atrapé su cuello, su sangre manaba tibia, era mía, mía, mía. Desperté sudando; Jacinta me acariciaba, me susurraba, me llamaba a la calma; me dio una galleta, seguí durmiendo, el lobo volvió a despertar.
martes, abril 30, 2013
(KECH-J933) Esquina
La esquina de mi bario es simple como mi vida. Nos
encontramos en una sonrisa incierta, a veces verdadera a veces no tanto; la
mayor parte de los días ni siquiera nos importa. Somos como una flor, algún día
simiente, otra capullo, otra resplandor y otra ocaso y al final polvo, de
estrellas quizás, pero polvo al fin. Doña Luisa sabe tanto de mí como yo de
ella, nada.
lunes, abril 15, 2013
(KECH-J919) Diario de un Cerdo (Capítulo XXVI: Tambores de guerra)

martes, enero 15, 2013
(KECH-J829) Diario de un Cerdo (Capítulo XXV: Soñé que moría)
La mediocridad limita siempre con
el hastío, traspasado el limite sobreviene lo fantástico; así fue lo que
ocurrió el día de hoy. Muy despierta soñé con el día de mi muerte, como si
fuera un juego autista, no había emoción ni juicio; solo observé, primero, contándolas
una a una, la infinidad de estrellas que cubrían el manto de mi última noche,
luego los rostros de mi vida, todos, uno a uno, rasgo a rasgo, mirada a mirada;
luego recordé, los besos y las caricias, esa bendita cercanía que nos da cobijo
y nos ata a los otros y a las otras, que habría sido de mi sin ellos y ellas;
lentamente fui sintiendo mi pasar por la intersección de la infinitud de
espacios que configuran nuestra percepción de lo temporal, cada espacio o cada
instante se hacía más denso y profundo; las palabras al aire que el Viejo
Espertento fulguraba se me hacían polifonía universal, aves y poetas se hacían
carne, verso y canción; mi amado Cerdo esculpía con su historia la mía entera,
su nimiedad era el más complejo de los laberintos, la más profunda y onírica
traducción del sentido de vivir; mamá y mis pequeños hermanos monstruos seguían
incólumes al cruce de todos los trenes, su lucha contra la infamia ya no tenía
sentido, eran de pura luz a pesar de la oscuridad de mi santo padre; y él, dulce
y taciturno, esculpiendo el epilogo de nuestras no vidas, el sentido del
sufrimiento venía registrado en su memoria genética, por más que se esforzará no
conocería nunca el placer de la risa y mucho menos podría desenvolver su piel a
la luz de una caricia. Me desperté de este no sueño con horror y ansia, la
muerte de los vivos es el terror a la vida misma. No quiero que lo sepan. Aquí
queda, para quien otee mis viajes al futuro de mi recuerdo.
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