domingo, septiembre 26, 2010

A8-NoiTe194: Diario de un Cerdo (Capitulo XX: Metavida on line)

Extrañas circunstancias me obligan a leer lo que yo mismo o misma, la verdad es que mi género importa nada, escribí sobre esta noche en el pretérito indefinido de mi verbo vivir. Como dijo el maestro Jorge Luis transmitiendo por su pulso y letra, la voz de tantos otros, esta lluvia es la misma lluvia que cayo sobre la marcha de Abraham, de Tucapel, de Luis, de John y también de mi abuelo y de mi padre y de mi madre; sin embargo es ahora solo mía y de ningún otro u otra sobre este mundo y sobre todos los mundos. Tan solo como el tiempo, tan triste como el mar que no es cielo y tan ausente como el aire que nunca será pisado; así es mi vida y también mi muerte, mas la risa y la maravillosa infinidad de sensaciones que me invaden por mis múltiples aparatos sensoriales no hacen más que impulsarme a volar, disparada sobre el horizonte más allá de las estrellas, hasta el fondo de la tierra, hasta la luz de los abismos. El cielo espera que este sueño nunca acabe y yo que en mi corta vida pueda sentir en mis manos la tibia sangre del injusto y oprobioso explotador, el mismo que quita y mancilla, el que no sabe porque no quiere el que no siente porque no existe, el que mata por temor asimismo. Mañana en un lugar infinito la lluvia ya no estará; sin embargo, mi corazón seguirá esperando en un latido sincronizado en la dulce felicidad del que no deja de luchar por que los lugares no tengan dueños, en el dulce morir del que no se entrega. Hoy van de más de muchas noches sin comer pero el cuerpo es de acero cuando el alma es del cielo. Honor y gloria a los eternos guerreros de la luz, no hay negación, ni pólvora, ni carcelero que detenga la fuerza de los sueños. Marichiguei. Hasta el infinito. Un millón de millones de veces venceremos. Buenos noches querido Cerdo. Buenas noches mí amado Esperpento.

viernes, septiembre 24, 2010

A8-N192: Fuerza peñis + fuerza y + Hasta vencer ¡

A8_N192: Perro negro

El bosque encantado se ha llenado de lobos; lás últimas moscas abandonan los huesos ya limpios hasta el brillo. Desde lo alto el Tue-Tue grazna tres veces; debajo de las sabanas un hombre se corta las orejas pero de todas formas muere, no es posible trampearle a la inefable e inequivoca reina de los cielos. Desde el techo de esta casa oteo hacia otros lares; mi ama y yo nos vamos rumbo al norte.