viernes, julio 06, 2012

(KECH-J636) Efímero

Una mirada al infinito es descompuesta por otras múltiples, todas conjugadas en el cruce de reflejos de nuestros ojos, los que aún distantes continúan brillando. ¿Dónde estamos ahora? Una hoja cae de un árbol, un pájaro vuela, una leve brisa nos acaricia, nos vamos; atrás queda lo que fuimos.

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jueves, julio 05, 2012

(KECH-J635) Sinapsis

Yo la extraño, le escribo palabras, sueño con que vuelva, pero no lo hará y es porque no se ha ido; es solo que no la veo, no la toco, no me habla, no me toca; quizás me escucha; quizás me ve, quizás o quizás nada. Siento que toco fondo pero no llego, debe ser que ya no existe un fondo, debe ser por el hecho de que floto, de que me voy con el viento, me esfumo, me vaporizo y aún así no la alcanzo; se ha escondido mi vida. La muerte se ha convertido en un pasaje, en un estado deseado en nuestra nueva oportunidad para el reencuentro, como en esta estaremos en otra, en todas las vidas y todos los tiempos. Quizás, mientras me ensueño en este raro extrañamiento.

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martes, julio 03, 2012

(KECH-J633) Historia de un pez

Afuera de la pecera un hombre lo escribía. Le hizo una burbuja dentro del aire y se la cubrió de agua en todas las extensiones, arriba le dejó una capa que era línea sin ser frontera, un velo de luz que unía su vida con la extensión ¿Cómo sería el mundo del hombre que lo escribía? ¿Cómo sabía el hombre de su necesidad de arenas y plantas? Le hizo unos ojos, un cuerpo platinado entre amarillos y naranjas, una cola que era perfecta para ir de un lado a otro de la burbuja. Un día descubrió que desde el velo caían trocitos anacarados que eran alimento, el hombre que lo escribía lo sabía todo, conocía de sus deseos y necesidades más que el mismo; feliz fue el día cuando descubrió que le habían escrito a un otro, la burbuja era ahora un mundo, lo de afuera no importaba nada. No supo como el olvido le fue llevando al fondo. Ni cuenta se dio cuando su compañero dejo de moverse. Tomó conciencia de la inexistencia cuando ya no caía alimento y la burbuja se hacía cada día más gris. Aferrado a las preguntas fue consumiendo lentamente las últimas moléculas de oxigeno; en el fondo de la burbuja su hogar mutaba en pantano. Se quedo quieto hasta dejarse ir. La desaparición era el fin de un embrujo, el punto de partida para otra historia que algún hombre del aire, algún día contará.