miércoles, mayo 30, 2012

(KECH-J599) La prueba Borges


El futuro no es incierto, todxs sabemos que algo inmutable sucederá; nosotrxs y/o a algunx de quienes nos rodean, morirá. Eso es una certidumbre, una verdad. Por lo tanto, si anclamos nuestros pensamientos en ese instante cierto que ya existe pues es potencia, podremos observar hacía atrás sin temor a encontrar nada; porque, desde aquél punto hacía el ahora todo es posible, cada estado tiene una probabilidad de ocurrencia infinitesimal al limite de la inexistencia, no obstante a la inversa cualquiera puede ser, por lo tanto es, un ahora, es nuestra vida; vale decir, el presente es el pasado de nuestro futuro, por lo tanto todo lo que esta antes del ahora es incierto, no tenemos la certeza de que ocurrió, salvo si estamos ocupando nuestro presente en plena conciencia. En un alto nivel de conciencia (darmos cuenta) podemos establecer que  lo que ahora somos, es el resultado de una serie de acontecimientos que debían ocurrir, sin embargo frente a cada estado existieron (y existen a la vez) infinitas combinaciones de opciones discrecionales, acertijos o disyuntivas, que se siguen resolviendo en sus interminables probabilidades; por lo tanto no nos permiten discernir cual de entre todas estas realidades posibles es exactamente la que estamos viviendo, es por eso que el pasado es incierto; en contrario, tenemos la certeza que a lo menos de los infinitos Borges ninguno quedo vivo tras de su muerte, a pesar de que él mismo siga muriendo por siempre.