jueves, junio 29, 2006

Noxe trescientos veintiuno...primera entrada zona changuitos

Manu Chao - La Chinita

Zona Changuito...sin dinero no somos nada, pero aqui nada se vende y nada se compra..solo compartimos con el permiso del autor..esta es "la chinita"

miércoles, junio 28, 2006

N-CCCXX: angel cabeza de pollo enamorado de un manzano

Quisiera sorprenderme de las ganas de dejar las alas a un lado y sentarme a dormir debajo del manzano; añoso de vientos y estíos palidezco en rubor al verme encubierto en su sombra que me inspira. El manzano conoce tanto de ángeles como yo de orugas, debe ser por ese abismal desconocimiento del uno y del otro que no congeniamos como yo quisiera; se que es más por ausencias de encuentros que por certeza de temores, sin embargo, el saber no aminora ni hace desaparecer la invisibilidad que me cubre ante sus ojos. Mañana cuando el sol le caliente las hojas y el viento le quiebre unas ramas, le dejare caer tres plumas, una roja para que me sueñe, una verde para que me busque y otra transparente para que me pinte. Si aún sigue sin verme, entonces no tendré más remedio que olvidarle; quizás después de ese triste final el comience a darse cuenta que algo le falta; en todo caso, ya no importará pues el viento me impulsará a otros rumbos, a lugares donde no existan manzanos ciegos de angeles; si mis alas aún me acompañan, buscaré una roca al lado de un nido y me confundiré en águila disfrazada de feliz hastío.


la imagen se llama "cabeza de pollo" es chibizumi..

domingo, junio 25, 2006

N-CCCXVIII... tarea para un viaje: rescatar nuestros lugares¡¡

Nuestros lugares son nuestras referencias de posición. Nuestra mente permite que sepamos quienes somos, de donde venimos y para donde vamos, registrando con mayor o menor permanencia aquellos puntos del espacio tiempo que para nosotros son significativos: el rincón del jardín donde por primera vez juntamos nuestra boca con la de otro ser humano, el color de la habitación donde abrazamos a la hija o al hijo que nacía, el sitio donde dimos muerte a nuestro enemigo, la esquina en que doblamos presurosos por miedo a no volver atrás, el paredón donde fue fusilada nuestra dignidad, todo, absolutamente todo lo que es significativo, esta registrado. Cuando aquel registro de lugares no existe en nuestra memoria, en ausencia de fallos físicos en nuestro cerebro, lo que hacemos o pretendemos hacer, es distorsionar o negar nuestro posicionamiento y con ello nuestra orientación; nos resulta más fácil creer, que bloqueando las referencias somos libres de lo que no nos gustó o de lo que nos causó sufrimiento, mas esa libertad no es verdadera ni duradera, sabemos por nuestras pesadillas y también por nuestros actos fallidos, que todo lo que somos y hacemos es función de los lugares, incluidos los que pretendemos olvidar. Nuestra certezas respecto de lo que no somos es un acto de naturaleza irracional, puesto que todos nuestros lugares son imborrables e imperecederos. Para tener referencias “verdaderas” debemos ser capaces de olvidar nada, es decir mantener la vivencia de todo; sólo con el cúmulo de infinitos puntos por donde transitamos podremos construir nuestro mapa, un mapa que manifiesta en la yuxtaposición del ayer, el hoy y el mañana nuestra más pura y translucida esencia; esta amalgama de momentos y paisajes, físicos y mentales, conforma aquello que para nosotros resulta lo verdadero: nuestra realidad, la propia y la significativa, esa que es única, insoslayable e incomparable, un ladrillo fundamental en el andamiaje del universo; sin este mapa nuestra existencia es vana y vanos son nuestros esfuerzos por trascender conscientemente o lo que es lo mismo, vanos son nuestros esfuerzos por ser felices. La anhelada felicidad será parte de nosotros, sólo cuando seamos capaces de ordenar y jerarquizar positivamente nuestros lugares, o dicho de otra forma, cuando reconquistemos valientemente nuestra memoria. Navegaremos felices hacia la parca muerte sólo cuando reconozcamos nuestros faros y por cierto, cuando seamos capaces de mantenerlos encendidos; en caso contrario no somos más que muertos en vida o pulcros ciudadanos que soñamos con el paraíso sólo porque no somos capaces de vivir felizmente nuestras infernales vidas, es decir , personas incapaces de levantar sus faros y menos capaces de mantenerlos encendidos. Sin nuestros faros, nuestros lugares, estamos y estaremos, por los siglos de los siglos, absolutamente perdidos.


Imagen de Hard Y en http://www.fotocommunity.de/pc/pc/channel/5/extra/new/display/6007066


jueves, junio 15, 2006

N-CCCVIII..una mañana eterna

Cuando supo que moriría la mañana del 25 de mayo del año 2019, decidió instaurar una férrea dictadura; ordenó comprar todos los relojes que existían en el mundo, proscribió las fiestas de año nuevo e hizo desaparecer en mares abismales a magos, agoreros y visionarios; en poco tiempo, logró quemar todo vestigio de la historia y toda forma de medición y registro de los recuerdos; sin embargo, a pesar de su tesón y coraje, no pudo detener la marcha del porfiado tren que pasaba sobre él una y otra vez, una y otra vez, todas las mañanas de los veinticinco de mayo de los años dos mil diecinueve.

imagen de Anders Brownworth, tomada de http://www.anders.com

lunes, junio 12, 2006

N-305: luna brillante alumbra fisura temporal para rendir pequeño homenaje al Che

La misma luna que abrillanta los techos y húmedas callejuelas de Valparaíso, es la misma luna que brilló sobre las verdes hojas de los árboles de El Chaco, exactamente el 12 de junio de 1967. Ernesto tomó su lápiz y apuntó aquello que le pareció más relevante del día. Sobre su cabeza la misma luna rosa y loca que alumbraba a Laouenanig, brillaba solo para él; Ernesto no sabía que se haría tan eterno como la luna y tan tenue como el tiempo.


"Se creyó en principio que podríamos llegar al Rosita o, por lo menos, al Río Grande de nuevo, de modo que emprendimos la marcha. Al llegar a una pequeña aguada se vio difícil la cosa, por lo que permanecimos allí, esperando noticias. A las 15 llegó informe de que había otra aguada más grande, pero era imposible bajar todavía. Resolvimos quedarnos aquí. El día comenzó a descomponerse y, por último, el surazo nos obsequió una noche de frío y agua. La radio da una noticia interesante: el periódico Presencia anuncia un muerto y un herido por parte del Ejército en el choque del sábado; esto es muy bueno y casi seguramente es cierto, de manera que mantenemos el ritmo de choques con muertos. Otro comunicado anuncia tres muertos, entre ellos, Inti, uno de los jefes de los guerrilleros y la composición extranjera de la guerrilla: 17 cubanos, 14 brasileros, 4 argentinos, 3 peruanos. Los cubanos y peruanos corresponden a la realidad; había que ver de dónde sacaron la noticia.
h-900 ms."


extracto del Diario del Che en Bolivia, más información e imagenes en http://www.echeguevara.com.ar

sábado, junio 10, 2006

N-CCCIII...Diario de un cerdo ..Capítulo IX..El Cerdo me regala un poema de Cecilia Vicuña

Llovió a cantaros durante dos días seguidos; como siempre el agua limpió todo lo que tenía que ser limpiado; al río se fueron los buenos y malos recuerdos, las porfiadas sombras y las soberbias luces que sobrevivían de muertos idos en las calles de los vivos. El sol después de la lluvia siempre logra que el cielo sea más azul, haciéndonos sentir grandilocuentemente más pequeños que ayer. El Cerdo vinó a la hora de almuerzo, disfrutamos del buen conejo escabechado que preparó Maruja y del vino asoleado que dejó mi detestable padre en su última visita. Una vez que terminamos de comer fuimos a disfrutar del sol en el patio de la estación. El Cerdo tomó mi mano y con gran emoción me habló de una mujer que conoció en medio de la lluvia, justo ayer a la hora de onces; ella se llamaba Cecilia Vicuña, andaba buscando el camino a Sulavesi; él, muy cortes como siempre, la acompañó al Zunrize; ahí el Viejo Esperpento le indicó a Cecilia por donde debía seguir; ella infinitamente agradecida les recitó uno de sus últimos poemas, el Cerdo lo escuchó y se lo grabó para siempre, lo escribió en un papel y me lo trajo por obsequio; yo lo escuche y también lo grabé para siempre, aquí dejo lo que he oído, en las hojas de papel que van poblando el árbol de mi vida.

HISTORIAS DE ASTROS

1—En el principio las islas eran de todos colores.
Algunas eran violeta, y todo allí era del mismo color,
los árboles, la arena, las rocas.

La policromía era asunto de lejanía.
Cuando las canoas se apartaban, se veían varios colores.
De otro modo, sólo uno.
Era muy hermoso llegar a un paraje celeste o lila
azul cobalto o cadmio.

2—Después hubo un continente lleno de lomas.
Sus habitantes felices amaban la puesta de sol.
Los árboles crecían en el hemisferio y a nadie le faltaba
paisaje. Todo era curvo, y las demás formas no existían;

la línea recta no se conocía, ni para caminar.
La vista doblada y el cuerpo y el pelo crecían en forma
ondulada. Amaban en ritmo circular y pensaban en elipse.
En una de las curvas, el continente dobló la línea
de lo real y pasó a otra dimensión.
No es que haya sucumbido en algún cataclis
mo, simplemente
sobrepasó los límites y desapareció para nuestros ojos.

3—Aumentan los ancianos.
Por fin el universo quedará arrugado.

4—Hay estrellas en las que los seres no hablan.
Tan solo se miran. No son gregarios. Viven solos y se
multiplican durante los paseos nocturnos.

Viven para el gozo y la quietud. Al más leve sufrimiento,
caen fulminados. Es su voluntad, consideran que es ajeno
a la vida.

5—Los gérmenes de las estrellas no pueden ser evitados.


La mujer de la foto es Cecilia Vicuña en su juventud..la foto se la dejó de recuerdo al Viejo Esperpento, más escritos de ella en Proyecto Patrimonio


miércoles, junio 07, 2006

N-300...la calva Maruja se escapa del diario y trae un minicuento de regalo por los trescientos dias y las trescientas noches (;-)

Te voy a contar la historia de la mujer que nos esta contando; cada respiro y movimiento de aire desde al cielo a su estomago y desde ahí a su boca, es una puerta que se abre hacia un cuarto que tiene otras puertas, según la puerta que ella va abriendo son las cosas que nos van sucediendo y por la cual tu y yo vamos apareciendo o si ella quiere, también desapareciendo; ella piensa ahora que tu me miras y me preguntas de donde se me ocurren tantas leseras, luego quiere que te mire con amor y te diga lo que ella te diría,-Contamos para no morir, en la palabra consagramos la existencia. Sumergirse en las rarezas del tiempo y el espacio es manía que se práctica con devoción; ella esta bostezando, debemos despedirnos, esperemos que nos reconstruya en su sueño, quizás nos lleve a galopar por el desierto; -vamos hija, esta historia se nos acaba.


imagen tomada de: http://www.ciudadrodrigo.net/jacastillo/fotos/maquina.jpg

en 300 dias y 300 noches: Diario de un Cerdo, capitulo VIII, Maruja relata un cuento para un buen dormir

La tarde llega a su fin. Mi fiel Cerdo me acompaña como cada día. Maruja nos ha traído chocolate caliente y sopaipillas pasadas. Afuera llueve torrencialmente. Le pido a mi calva sirvienta que nos cuente una historia; se sienta frente a nosotros, se pone en pose dubitativa, balancea su cuerpo y comienza.




I

Por el camino de Caiceo se ha visto a la madre de Lola llorar, una mujer flaca y mustia que no deja de chillar en la búsqueda de su amada hija. Lola era una de las chicas más bellas de este lugar, su gracia y hermosura, era la envidia de todas las vecinas y el sueño dorado de los jóvenes, también de sus padres, de sus tíos y de sus abuelos.

II

Lola era la única hija de Rosaura, mujer tosca y ruda con fama de hechicera y mala pagadora; el padre de la muchacha era desconocido, de ahí que mucha gente pensara que su extremada gracia y hermosura no era cosa de humanos si no del mismo diablo, a quien su madre se habría entregado en un acto de impúdica alianza por poderes de dar vida, muerte y transformación.

III

Lola la bella, la agraciada, no tenía amigos y tampoco amigas, era tanta la atracción que ejercía, que quien se le acercaba más allá del natural límite del aura, se sentía envuelto en un vértigo de repulsión que lo hacía perder conciencia de si y navegar en carruajes desbocados por sinuosos y afilados acantilados, directo hacía los profundos avernos de la tierra.

IV

La última vez que Lola fue avistada llevaba entre sus manos un ramillete de flores silvestres y era acompañada por nueve perros negros. Doña Laura, la dueña de de panadería, dijo que ella se veía muy contenta y que los perros le movían la cola mientras ella les hablaba con gran displicencia, no recuerda cual era el color de vestido que Lola llevaba, pero si recuerda que la vio caminar en dirección al río. Don Juan el carnicero, dice que vendió a Lola dos kilos de huesos para sopa, que luego ella se dirigió hacía la plaza y que al lado de la fuente de los niños meones, comenzó a alimentar a una jauría de perros negros; no recuerda haber visto nada más particular, salvo que el la vio más bella que nunca, tanto que se atrevió a traspasar su aura, oliendo incluso su respiración, tan cerca de ella estuvo que creyó que la besaba y que ella lo llevaba al paraíso, sin embargo, el piensa que todo fue un embrujo, pues la muchacha salió muy rápido del local, tanto que olvido un ramillete de flores que llevaba entre sus manos.

V

Antes de que Rosaura se percatara que su hija había desaparecido, ella estuvo toda la mañana en el campo preparando la tierra para sembrar zapallos, había conseguido unas semillas de primera calidad que brotaban en menor tiempo que el resto y que solo requerían de una buena mano y unas cuantas oraciones en arameo. Ella se dio cuenta que Lola se desvanecería porque desde el río vinieron nueve pájaros negros, que yo no puedo nombrar, pero que ella bien conocía, a cada uno llamo por su nombre y cada uno le hizo saber que no hay plazo que no se cumpla, ni vida que no se agote. -Detente Abigamel, la noche es tu crucifijo el día te vilipendia¡¡ gritó Rosaura,, el pájaro la miró con galanura, se posó sobre su hombro y le susurró –Me debes mucho más que lo que amas. La mujer cayó de rodillas, las semillas de buen zapallo cayeron con ella –Detente Xelokitlan, el pájaro se posó a sus pies y devoró las semillas, con la panza llena el pájaro le dijo –El que alimenta su perdición debe olvidarse de la memoria. Quiso llamar a otro, pero su cuerpo ya no tenía fuerza y los ángeles negros ya estaban muy lejos. Rosaura lloró durante largas horas, la noche se fue, el sol llego y ella seguía gimiendo; la salinidad de sus lágrimas quemo la tierra del campo, sus manos se encresparon, arranco sus cabellos y siguió llorando.

VI

En el lecho del río, a un costado del puente de piedra los vecinos y vecinas construyeron un pequeño santuario, que es tanto un recordatorio de la bella y diabólica hermosura de Lola como también un cerrojo a la entrada del diablo y sus ángeles.

VII

Rosaura no para de llorar. Los años han pasado, de la gran gloria del pueblo no queda mucho, sólo el Zunrize y los nuevos vecinos que vienen llegando de la ciudad dan un poco de color a los solitarios y largos días. Los automovilistas que pasan por la nueva carretera, justo en el cruce del camino de Caiceo, han visto y escuchado a Rosaura llorar y gemir, “Donde esta mi hija, donde esta mi hija…” tras ella una bandada de cuervos se ríen descaradamente de su desdicha.

El Cerdo se ha dormido con su cabeza sobre mis piernas; lo empujo hacía un costado, lo cubro con una frazada y lo dejo en su mundo de porquería; me levanto, agradezco con un beso la sapiencia y paciencia de Maruja y me voy a la cama. Me pongo en el corazón de Rosaura y la sigo en su eterno peregrinar. ¿Donde están mis hermanos, donde?

Imagen tomada de

http://www4.gvsu.edu/wrightd/SPA%20307%20Death/116_llorona.jpeg ahí la tomaron de aquí http://www.dianabryer.com (esta última parece ser la autora original)

lunes, junio 05, 2006

S-CCIC: Prodigio del abrigo y la hermosura (a luz de la hija y el hijo se calienta el invierno)

Si te ubicas justo debajo del sol podrás sentir como eres abrazad@ por su fuego, eso será bueno o malo para ti según tu disposición y tu condición. Como el sol siempre estará en el mismo lugar, que lo inmutable sea parte de tu fortaleza dependerá sólo de ti o mejor dicho de tu condición, estar en sintonía con lo inmutable es la clave de la felicidad. Sabes bien que por más que te esfuerces nunca vivirás ni siquiera un segundo más que el día de tu muerte. Vendrán otros y otras tras tus pasos; si haz sido just@ te recordaran con amor; si haz sido cruel, te recordaran con alivio; si haz sido feliz, nadie hablara de ti, no será necesario porque estarás en todas partes, en la paz y en la guerra, en las blancas mesas de palacio y en las oscuras manos de los hambrientos, en los llantos y las sonrisas, serás estrella, río, roca y viento; tu felicidad alimenta y alimentará la felicidad de los demás y eso es el mana del universo. Pongámonos al sol, arrimémonos a su abrigo y hermosura, nada nos faltará.


imagen de chibiclick..."La Fiesta"

domingo, junio 04, 2006

N-CCXCVII...chauvinismo porteño alza invitación a venir a la ciudad infinita

La ciudad en que yo habito, podría ser como cualquier otra, sin embargo, es diferente a las otras por el sólo hecho de contenerme a mi, pues es claro, para quien sabe observar, que sin mi, de seguro que sería una ciudad distinta, no se si mas mustia, rica, humilde, grande o belicosa, solo se que distinta. Valparaíso como muchas otras ciudades en el mundo tiene ángulos infinitos, sin embargo, se diferencia de las otras no solo por contenerme a mi, si no porque además, para cada ángulo tuvo, tiene y tendrá por siempre a un observador o a una observadora; así entonces, como los ángulos son infinitos, infinitos también fueron, son y serán los observadores y las observadoras, vale decir una ciudad visitada y recorrida por toda la eternidad; como yo se querido lector, querida lectora, que independientemente de sus creencias. usted tiene certeza solo de su vida presente, no pierda más tiempo y vengase a Valparaíso, porque tarde o temprano de todas formas tendrá que pasar por aquí y si esto es una certeza, para que dejar para el infinito lo que podría hacer hoy; su decisión y certidumbre tendrá como recompensa, una primera opción para establecer una relación única e indivisible entre usted y el resto de infinitos ángulos aún disponibles. Yo habito un cubículo de una de los contenedores de vida que se localizan en el centro de la ciudad; tengo una ventana al mar y otra al cementerio de los disidentes, debo puntualizar que digo que habito ahí por la cantidad de horas de mi tiempo en que estoy en ese lugar; esa atalaya es mi punto de referencia en relación a la forma de vida que desarrollo en función de mi condición de trabajador, mas, no es mi único punto de estacionamiento en la ciudad, de hecho no uso la atalaya ni para dormir, ni para alimentarme, mucho menos para amarme con mi mujer, ni tampoco para zambullirme en el paraíso amoroso de mi hija y mi hijo, para eso tengo un nido cerro arriba; sin embargo, desde mi atalaya juego a ser el contador de los infinitos ángulos y también el señalizador u orientador para que cada cual tome y se lleve para siempre el que mejor le sirva, que muchas veces coincide con el que exactamente le correspondería. No piense que soy arrogante, usted también tiene su mundo, yo solo estoy expresando lo que es el mío. Vengase, si se pierde busque la ventana amarilla, si me encuentra demás que le ayudo. Suerte. Olvidaba decirle que en la dirección que a continuación señalo, usted podrá ver muchos de muchos ángulos ya alcanzados; esta es la dirección http://www.flickr.com/groups/valparaiso/pool/show/


La foto original es de un señor llamado Leonardo, en esta dirección puede ubicarlo: http://www.flickr.com/photos/leonardo71/87232660/

jueves, junio 01, 2006

N-CCXCV....el abominable amor de una madre vampira y su hijo enrarecido

Las alas son dos cosas que me crecen desde el interior de cada brazo hacia cada uno de los costados de mi torso, desde la cadera hasta las axilas; es una piel delgada casi transparente como las alas de una mariposa nocturna, de hecho tienen el mismo color y textura. He tratado de usarlas para volar mas no sirven para alzar el vuelo, si no tan solo para planear; muchas veces, en las tardes de hastío, las he utilizado para lanzarme desde la ventana de mi oficina hacia la fuente de la Plaza Neptuno; cuando el viento es intenso puedo elevarme más alto que los edificios y planear hasta la terraza del Paseo Atkinson; la gente mira curiosa y al aterrizar se acercan para verificar si soy una persona u otra cosa; mi fealdad declarada me ha causado algunos problemas, sobre todo cuando algún bebe o chiquillo miedoso me confunde con el chupacabras u otros bichos curiosos que pululan la imaginación pueril de los infantes. Los hombres no tienen alas es lo que he leído en muchos libros; lo más parecido a lo que yo soy sería un vampiro; pero yo no chupo sangre ni tampoco duermo de día, quizás comparta con ellos la extraña inclinación de cazar moscas al vuelo y saborearlas prontamente, mas pienso que esta es más una manía que hice mía en las largas tardes del estío que un rasgo de identidad vampiresca, es más, odio la sangre. Si estuviese viva mi abuela, una empedernida consumidora de prietas, ella podría dar fe de las nauseas que me producía ese asqueroso residuo de cadáver de cerdo que ella consumía con tanta ansia; otro dato a favor de mis alas no vampiras, es mi adicción por el ajo y mi demostrada devoción por santos y vírgenes, de hecho, además de ser bautizado, de haber hecho mi primera comunión y también la confirmación de los sacramentos, tengo pensado casarme ante los ojos de dios; sí, cuando me case lo haré ante al altar, aunque se que eso sólo será posible, si logro que alguna mujer se fije más en mi alma que en mi fea cara y en mis grotescas alas; con todo ello a mi favor, es decir mi amor por el ajo y mi santa devoción, nadie podría atreverse a demostrar que soy un hijo abominable de la oscuridad. Mis colmillos un poquito más largos que los de otros mortales son también, al igual que las membranas de piel que unen mis brazos con mi torso, una excepción genética; mi padre no tenía ninguno de mis rasgos diferentes, aunque mi madre si. Aprovecho de confesar, que a mi madre, a pesar de que nunca le vi sus alas, si la vi volar varias veces; cuando mamá ejercitaba sus vuelos, la noches eran muy negras, sin luna, los perros ladraban desde la medianoche hasta poco antes del amanecer, al día siguiente, mama dormía durante gran parte del día, en el atardecer salía de su habitación, con el pelo revuelto y con un rostro que expresaba infinita felicidad; aún entredormida y luego de estirarse con la vista orientada hacía el poniente, me levantaba en bruces y me tomaba entre sus brazos, besándome con el cariño que sólo ella me ha hecho sentir, algunas veces me mordisqueaba el cuello, me daba pequeños empujones con su cabeza y me enseñaba también a jugar con su cuello; en esos juegos sentía que su boca era las fauces de un lobo, sus colmillos dos finas y suaves agujas que podían hundirse en mi carne sin dolor, yo sentía que mis colmillos crecían infinitamente pero con la sutileza del crecimiento de las flores y al ritmo alucinante de su amor; tantos amores me prodigo mi bella madre que mis colmillos se hicieron blandos como la seda y mis alas tan translúcidas y sutiles que solo me sirven para planear. Si yo fuera vampiro volaría entre las rosas de la noche y jugaría con los búhos, hablaría con los elementales y ordenaría las monstruosidades según el efecto risueño que causen a la parsimoniosa tertulia de las ranas y los grillos, y eso lo haría porque no me gustaría acabar como acabó mi madre, podrido. Después de tantas noches oscuras sin luna, de perros y remilgos abominables, al atardecer siguiente de una de esas tantas noches, mi madre no salió de su habitación; mi abuela entró a buscarla y un grito de horror quebró los cristales de las lámparas, los vidrios de las ventanas y toda la vajilla de nuestra casa, mamá no era más que una amorfa masa de carne putrefacta, asquerosa y agusanada, sólo reconocible por la brillantez de sus impúdicos colmillos y el brillo de su hermoso amuleto familiar; yo no podría asegurar que ella murió o se pudrió resultado de un sortilegio antidemoniaco practicado por alguna o algún vecino furioso ya harto de la pérdida de sus animales, lo único que se es que la perdí, que con ella se fue el más profundo amor y que con ella también se hundió por siempre mi naturaleza. Cuando la noche es tan negra que hasta la luna se esconde, mamá se aparece entre sueños y me invita a volar; el amuleto familiar reluce y produce vibraciones sonoras sublimes, mis sutiles colmillos crecen y se endurecen, más cuando abro la ventana hacía la profunda oscuridad y me lanzó hacia el abismo, mis alas sólo me hacen planear, el viento suave sobre mi cara y el recuerdo amoroso de mi madre convierten mis colmillos en dos largos y brillantes colgajos de seda, que dan a mi esfinge la apariencia de un papalote, muchos veces me quedo entre los árboles, mirando a los búhos o espiando a los enamorados que furtivamente se besan entre los matorrales del parque. Mi vampiresca vida es de una ternura tan abominable como la profunda monstruosidad de mi ser. Al despertar sobre la copa de los árboles o a veces en el campanario de la iglesia, me siento distinto y curioso; mas eso la gente no lo sabe, yo dejo que ellos alucinen en la incredulidad, pues yo se y los modernisimos autores de los neo silogismos, como un tal Fouguet, también lo comparten, que el viejo Gabriel García logró convencernos que en nuestra tierra cualquier cosa puede pasar y que nuestra realidad es tan mágica como tan verdaderas son nuestras mentiras; así entonces yo planeo tranquilo en oscuras noches y tardes de hastío sin que nadie sepa o quiera saber de mi verdadera naturaleza, después de todo que yo tenga alas, colmillos de seda y que aborrezca las prietas y las novelas de Fouguet, no significa nada; el mundo esta lleno de cosas y monstruosidades infinitamente más abominables que mi ternura, lo mío es una partícula silente en un bravío mar de sangre.

Imagen de © Tomas Hennerfors. All rights reserved! (PERMIZO TOMAS¡¡¡¡)