sábado, mayo 19, 2007

A2_N175...alborozada reminiscencia sakude el polvo del silencio..

Hay días en que no tengo nada que decir. El pájaro risueño me canta desde el árbol y el viento curioso me enfría la nariz. Mi madre por estos días debe bordear los sesenta y cinco años y no deja de fumar; el mismo pájaro voló hasta el árbol de su camino y le cantó la misma canción que a mi, mi madre y yo somos indivisibles, ambos nos ponemos más viejos pero seguimos siendo los mismos. Mi padre sigue risueño tras mis pasos, me atrapa me levanta en vilo, me abraza, me besa, así me gusta, así lo amo, al ogro golpeador lo enterré mil veces. Mis tres hermanas y mis tres hermanos me recuerdan a veces, yo también hago lo mismo. Esta noche hace frío como muchas otras, mañana será otro día.

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