martes, octubre 14, 2008

a6_j43: Confesiones (1: Matar)

No pensé que fuera tan fácil matar a un cristiano. Entré al ascensor; ese día andaba más cabizbajo que de costumbre, una sombra circundaba mi frente; cuando la puerta se cerraba entro él, era un hombre gordo, de baja estatura, tez morena, gran bigote, ojos café, pelo negro, grueso, ensortijado en las patillas, vestía jeans y chaqueta de algodón, llevaba un maletín negro, en la otra mano sujetaba un periódico; me miró de reojo, me pareció que se molestaba con mi presencia; enojado le pregunté si tenía algún problema; me respondió que no, que no le pasaba nada; el hombre gordo bajó la cabeza, luego me preguntó por qué lo miraba, si le debía plata; me pareció ofensivo, grosero; lo sentí hediondo, lo vi grasiento; metí la mano a mi pantalón, saqué mi cuchillo y me abalance sobre su cuello, una, dos, tres, cuatro veces sobre su cuello; la sangre manaba a chorros, parecía un cordero; se desplomó, patié su cabeza, pisotié sus manos, sentí crujir sus dedos; el ascensor llegó al piso 15; la puerta se abrió; salí, lo arrastre por el pelo; el hombre gordo gemía, mucha sangre quedaba sobre el piso, era un río de sangre; su cuerpo se sentía cada vez más pesado, dejo de gemir; lo levanté a duras penas, lo puse sobre la baranda de la azotea con su cuerpo inclinado hacía el vacío; un tenue hilo de sangre brotaba de su cuello, el viento lo movía, era un hilo rojo que escribía sobre el aire; levanté sus pies; lo dejé caer; no miré donde cayó, no me importaba; me senté en el suelo; prendí un cigarro; limpié mis manos ensangrentadas en mis pantalones; me devolví al ascensor; bajé al primer piso; salí del ascensor como un asesino invisible; nadie me vio; todo el mundo estaba en la calle; mucha gente alrededor de un hombre que cayó desde la azotea; pasé por su lado, le lancé un escupitajo y me fui de ahí.



fuente de la imagen ----> (*_+)

No hay comentarios.: