miércoles, enero 25, 2012

(KECH -J473) PENSANDOT + 50

Me da por escribir cosas raras, como la oda a los abejorros que volvían por la tarde cubiertos de sangre por su adicta fascinación por las espinas y no las rosas. Son ideas relámpagos que van y vienen, quizás la alerta del último trompeta de la cordura y el primero de la gloria. Me chispea la imagen de una paloma surcando la ventana con el pecho al viento y el corazón en el pico, seduciendo a un cristal roto que no la acepta porque su destino es otro. Escribir en la arena como todos los poetas, palabras sacras que evocan ideas muertas que espantan a las olas y que  jamás se borran. Cabalgar bajo las estrellas llevando en ancas a la Llorona para juntos aullar el dolor de las partidas. Escapar de cárceles libertarias, huir de los celadores de la palabra justa del juicio oportuno de la descripción infame y la arrogancia triste. Volver a pintar monos de la mano del niño alcohólico que perdió su alma una mañana de domingo. Dormir de cara a la tierra, tapado de estrellas, cubierto de musgo en comparsa caracolada de grillos y ranas. Escribir mi nacimiento y estar muriendo al mismo tiempo, engarzado en la ausencia, en un sueño despierto.

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