jueves, diciembre 28, 2006

A2-j135……..siete paisajes, siete sellos


I.

En el libro del mar escribí las letras que leería desde el alto cielo. Mañana vuelvo a casa, con las mismas ganas de siempre, más viejo, pero siendo el mismo. El viento hace las olas que borran lo que no alcancé a decir.

II.

El desierto es el esqueleto palpitante de mis recuerdos. La sombra de las rocas, el refugio de la alimaña y el rincón en que se esconden mis lágrimas.

III.

La selva de los tupidos árboles y de las húmedas raíces esconde mi mirada de los intrusos. Muchos pájaros cantando esconden mi voz; mis manos curiosas se extienden al sol en la última rama.

IV.

Los canales llevan barcas que sangran desde mis venas hacía el mar interior del último puerto. Las primeras luces se encienden en el alba, sirenas y caracolas danzan sin música ni ritmo. Allá va hundiéndose mi nave de papel y azúcar.

V.

La montaña fue sagrada antes que todas nuestras santidades, hacía allá migran los buenos y malos espíritus; el trueno y el rayo filtran a gotas la sangre que limpia, la lluvia que lava, la nieve que retiene. Mi madre y mi padre están hechos de sílice, yo soy la roca que los ampara.

VI.

Mis valles están en tu cuerpo, en los vergeles de tu carne regocijo mis desventuras; en ese manantial venturoso se alimentan de amor mis hijos y también yo. Bienaventurada eres por tu trémula hermosura y tu iracunda geografía. Soy el camino y el caminante de tu historia y de la mía.

VII.

Cadalso de grises y sanguijuelas en flor, casa de banqueros forajidos y de la malsana corte de la ley y el orden; mi ciudad me huye por esquinas, escaleras y ascensores. No hay paz bajo las estrellas, los electrones me liberan en sonidos fosforescentes y pantallazos rutilantes. Letra a letra construimos las nuevas ciudades, aquellas donde se entrelazan todos los paisajes y donde las golondrinas se niegan a partir.

(datos de origen de la imagen: from Jerusalem by William Blake )

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