sábado, febrero 24, 2007

A2-N192: Ona la noche, la sempiterna...(fantasmagórica , silente y brillante)

Ona la sin huesos, la descalza, ameba fosforescente de la humedad esteparia, tiene aire, lleva cielo en su cabeza y un reloj con pulsera de diamantes adorna su tobillo. Las noticias esculpidas en tinta y materializadas en colores catódicos no saben bien como explicarla; ella apareció de pronto, desnuda, despedazada y esparcida en infinitud de trocitos de sudor y piel, en todas y cada una de la plazas, en todas las fuentes, en los mocos colgando de todos los niños y todas las niñas, en los globos escapadores de madres y padres tontos, tontas, llorones y lloronas, de bolsillos rotos de manos liberadoras de monedas mariposas voladoras, inquietas, invisibles, angustiadas, menesterosas, restantes. Sabe Ona que ella es más libre que todos y todas, porque de ella derivan todas las cadenas y son ríos de sangre las que la limpian, la liberan, la enaltecen. El Cazador llora; sus lagrimas de cocodrilo no son espejo, mucho menos amor, nunca jamás libertad; el arrepentimiento no libera, la justicia no equilibra; Ona la Grande, la Sabia, la Doliente, la Alimentadora, la Sonriente, toma mi mano, muerde mi pelo y me sonríe; yo la suelto, ella me inquieta; yo la lloro, ella me toca; yo la suspiro, ella me mira. El Cazador duerme; robo su arma, beso su sien, no lo perdono, pero lo olvido, nos olvidamos. Ona, Yo y el Cazador somos la misma cosa. Ella me mira, me besa, vuelvo a nacer; Ona la inconmensurable; Ona la madre.

Origen de la imagen: http://imgserv.ya.com/galerias2.ya.com/img/a/a29a20910131a2afi3.jpg

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