lunes, mayo 22, 2006

J-CCLXXXV…Diario de un cerdo, capitulo siete (renaciendo con indio renegado Oso Gruñón)

"Desde que mamá decidió abandonarme, aquella horrible mañana de los primeros días de otoño, llevándose también a mis dos tontitos luceros, no había vuelto a escribir. Mis pensamientos fluyen en vaivén, entre negro y blanco se me van las tardes, las mañanas y también las noches. Papá viene de vez en cuando, le da dinero a Maruja, una mujer gorda y calva que me sirve la comida y cuida de mis menesteres, luego me mira con cara de falsa tristeza, me da un beso en la mejilla y se va; se ve bien, diría que hasta más joven; su preciada puta debe estarlo prodigando de amores y de seguro que el por ella debe estar inventando nuevas fantasías para vaciar los bolsillos de sus ambiciosos e ingenuos clientes. En estos oscuros días de mi vida, El Cerdo viene cada día más a menudo, me habla durante largas horas y me cuenta extrañas historias de la gente del norte, hace tres días mientras tomábamos un te con naranjas que la calva Maruja muy bien prepara, se le vino hablarme de un jefe indio perseguido por alguaciles, caza recompensas y los nuevos dueños de las tierras que antes fueron de los propios indios, Oso Gruñón se llama el renegado, un brutal asesino de hombres y mujeres blancas. Transcribo ahora los fragmentos vivos que quedan en mi memoria después de la historia que me ha traído El Cerdo. Yo no se si esta bestia es sincera, yo no se si el realmente conoció a Oso Gruñón, solo se que su historia fue un aliento de vida, un empuje hacía el vacío del renacimiento, un empuje a la obligación de seguir adelante, hasta el instante de morir verdaderamente, en el tiempo exacto de mi tiempo. Desde que di lugar en mis pensamientos a la imagen fantasmagorica de este indio renegado, la fuerza surge cada vez que la necesito. Cuando Indio Renegado Oso Gruñón me mira a los ojos, Indio Renegado Oso Gruñón se convierte en mi; ahí entonces el mapa se hace búfalo y la gran pradera que limita con el sol tras la montaña y con el amanecer por la montaña, se vuelve punto y distancia: la pradera es el limite y el búfalo la frontera, Oso Gruñón es el mapa y yo la estrella o la huella que guía…la nariz me crece y el pelo se me alarga; el viento busca señales; el olor es una flecha y el cabello airado una dirección; cada vez que Oso Gruñón escapa de las trampas de sus cazadores, mi otro yo toma su turno; el hombre que esta detrás del cañón que apunta a nuestros corazones despertará, me mirará y me tratará como a una hermana, seremos el viento, el sol, el agua, el polvo y la lluvia, sólo en ese momento el renegado colgará sus cuchillos y se hará uno solo con mi cuerpo con mi alma. Oso Gruñón nació sin paciencia, para el la pradera no es nada ni es todo, el vuela, el caza, el ama y muere. Las estrellas podrán seguir brillando o la Luna convirtiéndose en queso. Oso Gruñón ya no existe, Oso Gruñón es solo un indio renegado, un fantasma que no me abandona y que se despierta cuando yo me levanto. Gracias amado Cerdo. Te sigo queriendo. Hasta siempre renegado Oso Gruñón, hasta nunca mamá."

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