lunes, octubre 30, 2006

a2-jCLXXVI.... El rescate (+ kuento)

Un temblor de tierra hizo parir los lagos, siete brazos de aguas frías y barrosas arrasaron caseríos y caminos. Al séptimo día de iniciadas las tareas de rescate cuando el cansancio ya no deja espacio ni para el asco ni la pena, una patrulla encontró sobre un árbol el cuerpo sin vida de una mujer de unos cincuenta años; sus ojos aún estaban abiertos; su cuerpo hinchado y su piel amoratada señalaban los tormentos de sus últimos minutos; al momento de bajarla a tierra, uno de los rescatistas percibió un tenue gemido que venia desde el cuerpo de la mujer, entre el espanto y la emoción esperanzadora de reconocer vida entre tanta muerte, oteó su rostro y pusó un vidrio sobre su boca, nada, ni un solo signo de vida, la movió y el gemido se hizo un llanto, no era una mujer la que lloraba, era un recién nacido; de puro instinto levantó las faldas de la mujer pudiendo observar con espantoso asombro que entre sus piernas sanguinolentas se movía la cabeza de una pequeña criatura, llamó al paramédico que acompañaba a la patrulla y entre ambos separaron al niño de su madre, las carnes ya putrefactas de la mujer se abrían fácilmente, tomaron al niño de los hombros y lo sacaron sin mayor problema de su podrido refugio, cortaron el cordón y lo pusieron entre unas mantas; el niño comenzó a chillar como un demonio, no estaban preparados para alimentar a un recién nacido ni tampoco para soportar sus alaridos; lo pusieron dentro de una caja vacía y siguieron con sus labores, el niño dejó de llorar, se había dormido, de seguro cansado ya de tanto berrear; al llegar la noche llegaron con su cargamento de gente muerta más el niño rescatado al campamento base, allí lo entregaron a la guardia del hospital de campaña, las matronas lo pusieron junto a otros pequeños niños, a este le pusieron por nombre NN Moisés.

La imagen corresponde a una foto de la inundación de Arecibo, tomada de www.prfrogui.com/home/eventos.htm.

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