sábado, diciembre 17, 2005

J-CXXI...de vuelta al pueblo feliz en medio de la nada

Recuerdas el extraño pueblo ubicado en medio de la nada? Hace unos días atrás volví a pasar por ahí y observé que se colocó una nueva tienda. Un cartel negro anunciando Zunrize me alborotó la atención; de hecho, fue por eso que me detuve un momento; en el interior se acumulaban torres de libros usados, de todas las materias, colores y autores, eran libros baratos, esos que nadie compra; había también una zona de juegos electrónicos y dos computadoras de última generación para conectarse a la Internet y mantener la bitácora al día…Al centro un mesón circular de madera noble, la luz cenital, natural de día, le daba la apariencia de un altar a la extravagancia y la exquisitez; alimentos enlatados, chocolates y licores de todo el mundo formaban una composición estéticamente atractiva; hacía el fondo una puerta que conducía a un patio interior que tenía en su centro una pequeña fuente de niños meones y a su alrededor ocho mesas redondas que podían recibir hasta cuatro personas cada una; a un costado del patio una gran cocina a la vista y una pequeña bodega de vinos y alimentos; al frente una gran sala decorada en estilo ecléctico y cuya función era servir de comedor o café interior para los días de lluvia; el lugar invitaba a quedarse; los baños, elegantemente higienizados, estaban en el remate del patio entre las dos galerías que lo circundaban. Es un lugar gratificante, agradable y con una relación precio calidad equilibrada. Quise hablar con los dueños del lugar por haber hecho uso de mi marca sin autorización, mas el lugar no tenía dueños, uno de los dependientes, me señaló que no tenía idea de porque estaba ahí y menos quien pagaría su sueldo, señaló que trabajaba por que le gustaba atender a la gente, que yo era su primer cliente , el único visitante en años y que difícilmente podría olvidarme; lo miré con cierta angustia, compré una lata de castañas del Peloponeso, miré una gran foto de Ona, visible sólo al salir del local y huí. Desde afuera se ve un lugar sin mayor valor; una tienda digna de un pueblo fantasma que vive en la gloria del recuerdo. Espero volver a Zunrize (ojala no sea una trampa del Cazador).