La mayoría de las putas no trabaja esta noche, yo soy la excepción. Pasa que no tengo a quien querer y tampoco creo en Noel, su imagen se me murió a los siete años, cuando papá me invitó a que hiciésemos dormir a mi nueva muñeca, se llamaba Polaina. Ella era grande y gorda, de pelo dorado y rizado, de unos grandes ojos azules bailarines, con zapatitos y calcetines blancos y que al balancearla hablaba y decía – ¿Quieres dormir conmigo? Desde que el viejo paskuero la dejó debajo del árbol lo único que esperaba era el momento de llevarla a mi cama, cuando mamá se durmió y mis hermanos cansados también lo hicieron, Polaina, papá y yo fuimos a dormir; me saqué los pantalones y me quede con la polera y los calcetines; le saque la ropa a Polaina y papá también se la sacó, me comenzó a tocar, dijo que me quería, que era nuestro secreto, me siguió abusando hasta los dieciséis años; a los diecisiete nació Maikel, a los dieciocho lo ahogue con la almohada, a los veintitrés salí de la cárcel; la memoria me abandonó, los recuerdos solo regresan en pesadillas, no tengo porque celebrar, no hay paz en mi noche, feliz navidad para ustedes, yo soy una puta trabajolika.
domingo, diciembre 25, 2005
N-CXXVIII...sinceros saludos de parte de una puta trabajolika
La mayoría de las putas no trabaja esta noche, yo soy la excepción. Pasa que no tengo a quien querer y tampoco creo en Noel, su imagen se me murió a los siete años, cuando papá me invitó a que hiciésemos dormir a mi nueva muñeca, se llamaba Polaina. Ella era grande y gorda, de pelo dorado y rizado, de unos grandes ojos azules bailarines, con zapatitos y calcetines blancos y que al balancearla hablaba y decía – ¿Quieres dormir conmigo? Desde que el viejo paskuero la dejó debajo del árbol lo único que esperaba era el momento de llevarla a mi cama, cuando mamá se durmió y mis hermanos cansados también lo hicieron, Polaina, papá y yo fuimos a dormir; me saqué los pantalones y me quede con la polera y los calcetines; le saque la ropa a Polaina y papá también se la sacó, me comenzó a tocar, dijo que me quería, que era nuestro secreto, me siguió abusando hasta los dieciséis años; a los diecisiete nació Maikel, a los dieciocho lo ahogue con la almohada, a los veintitrés salí de la cárcel; la memoria me abandonó, los recuerdos solo regresan en pesadillas, no tengo porque celebrar, no hay paz en mi noche, feliz navidad para ustedes, yo soy una puta trabajolika.